jueves, 8 de diciembre de 2016

¡Soy NaNoWinner!

¡Hola, lectores!

¡Espero que estéis teniendo unas maravillosas lecturas! Y yo... os tengo completamente abandonados... He leído mucho, las últimas semanas, así que tengo bastantes reseñas pendientes por hacer. Sin embargo, hoy quiero hablaros del final del NaNoWriMo.




Efectivamente: ¡soy ganadora de mi primer reto NaNoWriMo! Lo conseguí con tres días de antelación y no pude evitar sentir un orgullo impresionante en mi interior. Todo hay que decir que, si en la anterior entrada que hice os hablé de lo genial que me iba el reto (con días de ventaja, incluo), en las dos últimas semanas, esa ventaja se esfumó. Empecé a trabajar y, después de ocho horas frente a un ordenador maquetando texto y texto... lo último que me apetecía al llegar a casa era ponerme a escribir. 
¡Pero tenía que terminarlo! Por lo que, tras varios días de bajón, me descargué la aplicación de Drive en el móvil (es donde tenía el proyecto del NaNo) y empecé a escribir en cualquier momento que tuviese; sí, desde el mismo móvil. Hubo mañanas que, mientras esperaba el metro, llegué a hacerme casi seiscientas palabras. Otras esperas no eran tan productivas... ¡pero aquello me animó a no tirar la toalla! Además, al llegar a casa, en lugar de volver a sentarme frente a un ordenador, me tiraba en la cama con el móvil y continuaba escribiendo. ¡No me resultaba tan pesado!
Y así continué, aprovechando absolutamente todos mis trayectos en tren... hasta que llegó el último domingo y decidí que ese día daría un empujón enorme para que, entre semana, no tuviese que matarme a escribir. Mi sorpresa llegó cuando, no eran ni las diez de la noche, y vi que apenas me quedaban dos mil palabras. Por lo que me dije a mí mismo: "Hoy lo terminas, como que te llamas Jessica que lo haces". Cabezona de mí... Lo conseguí, lo conseguí.
Los dos días siguientes me los tomé con muchísima calma, al fin y al cabo, ¡ya había conseguido alcanzar las 50.000 palabras! Sin embargo, tenía la necesidad de escribir, aunque fueran unas pocas palabras. Y el miércoles, antes de que terminara el evento, escribí quinientas palabras más.

Os dejo mis estadísticas, para que veáis el último empujón que di y los malos días que pasé anteriormente...


La historia no está ni remotamente terminada. De hecho, sigo pensando diariamente en ella, aunque no todos los días escribo. Lo hecho en falta, pero hay otras cosas que me apetece hacer, como leer (durante el reto, prácticamente no leí nada...).
¡Y aún continuaré trabajando en ella! Seguramente continúe como en todo el NaNo: volcando lo que se me ocurre. He descubierto que ha sido un método que me ha ayudado mucho a continuar y no dejarlo por el camino. Y también sé que será algo que, cuando quiera revisarla, me obligará a eliminar la mitad de las cosas. Pero tengo la esperanza de que, para entonces, se me ocurran otras nuevas y mejores cosas para esas partes que elimine.
La verdad es que ni me he mirado los premios que hay para los ganadores... ¡alcanzar las 50.000 palabras fue todo un premio para mí! De todos modos, supongo que un día de estos les echaré un ojo... que no quede.

¡Y eso es todo!
En las próximas semanas espero ir trayendo, poco a poco, las reseñas que tengo acumuladas. También espero poder hacerlas rápido... porque me conozco y me voy siempre por las nubes, retrasándome aún más.

¡Nos leemos!

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