martes, 14 de julio de 2015

La música del silencio, de Patrick Rothfuss

TÍTULO: La música del silencio

AUTOR: Patrick Rothfuss

EDITORIAL: Plaza & Janés

PRECIO: 12’90 €

PÁGINAS: 145

PRIMERA EDICIÓN: Octubre de 2014


SINOPSIS:


La Universidad, el bastión del conocimiento, atrae a las mentes más brillantes, que acuden para aprender los misterios de ciencias como la artificería y la alquimia. Sin embargo, bajo esos edificios y sus concurridas aulas existe un mundo en penumbra, cuya existencia solo unos pocos conocen.
En ese laberinto de túneles antiguos, de salas y habitaciones abandonadas, de escaleras serpenteantes y pasillos semiderruidos vive Auri. Tiempo atrás fue alumna de la Universidad. Ahora cuida de la Subrealidad, para ella un lugar acogedor, maravilloso, en el que podría pasarse la eternidad mirando. Ha aprendido que hay otros misterios que no conviene remover: es mejor dejarlos en paz y a salvo. Ya no se deja engañar por la lógica en la que tanto confían en lo alto: ella sabe reconocer los sutiles peligros y los nombres olvidados que se ocultan bajo la superficie de las cosas.



OPINIÓN PERSONAL:

Por dónde podría empezar para hablaros sobre esta novela… 

El nombre del viento ha sido una de las novelas que más me han gustado en la vida. La forma en la que escribe Patrick Rothfuss siempre me ha parecido casi lírica. Podía llegar a sentir cada uno de los días que pasaban del Asesino de Reyes. Sin embargo, La música del silencio es diferente. No voy a decir que es un libro horrible, que Rothfuss ha desaprendido a escribir y que solo hay un montón de memeces sobre un personaje que casi ni aparece en la trilogía original. 
Como bien dice George R. R. Martin, “Rothfuss es condenadamente bueno”. Y La música del silencio no se queda atrás. Sigue siendo lírica pura. Casi poesía en prosa. Pero a veces, esa clase de escritura es la que se nos tuerce en la lectura. Rothfuss ha jugado con una nueva forma de narrar las historias con este libro y, para muchos, se ha estrellado: corren un tupido velo ante esta novela y esperan a que saque la tercera y última esperada entrega de la historia de Kvothe. 
FanArt de la trilogía
Tranquilos… os explico con más detalle.

La música del silencio se centra en el punto de vista de Auri, esa misteriosa niña de aspecto frágil que conocimos no recuerdo si en el primer o segundo libro de la trilogía. En este libro, la pequeña nos muestra la Subrealidad, ese extraño lugar del que tantas veces habló en los libros de Kvothe. 
Hasta aquí todo normal. Sin embargo, cuando empecé a leer esta corta historia, me di cuenta del sentido del título: no hay ni una sola conversación en las 135 páginas que dura (sin contar el prólogo del autor y la nota, al final, que ya excluyo). Ni una sola. Y las conversaciones suelen ayudar a hacer pequeños parones, a entender qué ha ocurrido si en algún momento te has perdido… Al menos a mí me sirve de esa manera. Y cuando me encontré con esto, primero me sorprendió. Después me di cuenta de lo que me costaba llevar el hilo sin esas conversaciones. 
Otra cosa extraña de esta historia es que solo aparece un personaje: Auri. No aparece ni uno solo más. De vez en cuando se nombra a alguien que nos puede sonar de la trilogía, pero cuando crees que va a cambiar la ley del “único personaje”, se termina el libro. 
Sobre Auri, me ha parecido el típico artista que va a crear una obra de arte. Coloca una cosa, la mira y su instinto dice si va bien o no. Eso sí, un artista con un fuerte TOC. Pues, por ejemplo, siempre que se iba a lavar, se lavaba “la cara, las manos y los pies”. Cada vez que decía que se lavaba. Y si no seguía un patrón determinado de rutina diaria, su vida no funcionaba bien. Una chica extraña, para qué negarlo. 

Una de las ilustraciones de la novela
El propio Rothfuss admite que este libro no debía de haberse publicado. O, al menos, que no lo escribió con esa idea: a veces, un autor tiene una idea en la cabeza y, hasta que no la plasma, no se va, y es la única manera de que tu cabeza, por fin, descanse. Y hay que decir que esta idea que rondaba por la cabeza del autor era cuanto menos extraña. Difícil de entender para cualquier persona. Sin embargo, hay una pequeña porción de sus lectores que le han encontrado todo el sentido a La música del silencio. Personas, como dice Patrick, “un poco dañadas que hay ahí fuera”. Yo no he sido una de ellas, parece. También es posible que sea una de esas personas que acaba de pillar la novela con una segunda lectura (que también admite), pero no creo que de manera inmediata vaya a probar suerte: tengo mucho trabajo acumulado. 

De todas maneras, el título cubría todo lo que quería decirse en el libro: cómo el completo silencio puede decir tantas cosas. Porque, aunque el libro me haya costado leerlo, no puedo decir que cualquier autor sea capaz de escribir algo así, con un único personaje, en una misma estancia (aunque con muchas habitaciones) y todo con descripciones. 

Y para los que os vayáis a aventurar a leer este cortísimo libro, un consejo si no tenéis buena memoria inmediata: apuntad, en algún sitio, los nombres de las estancias y objetos que van pasando por la narración. Para que no os perdáis, os irá genial.


ENTONCES… ¿QUÉ?

No es un libro que pueda recomendar a un target determinado. Solo puedo decir que probéis, porque quizá sois ese grupo de gente a la que le ha fascinado este libro. Puede ser que al final no lo seáis, pero siempre es bueno intentarlo.


NOTA PERSONAL:
¡Espero que os haya gustado!

¡Nos leemos!





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