jueves, 18 de junio de 2015

Todas las hadas del reino, de Laura Gallego

TÍTULO: Todas las hadas del reino.

AUTOR: Laura Gallego García.

EDITORIAL: Montena.

PRECIO: 15’95 €.

PÁGINAS: 477 páginas.

PRIMERA EDICIÓN: Marzo de 2015.


SINOPSIS:

Camelia es un hada madrina que lleva trescientos años ayudando con gran eficacia a jóvenes doncellas y aspirantes a héroe para que alcancen sus propios finales felices. Su magia y su ingenio nunca le han fallado, pero todo empieza a complicarse cuando le encomiendan a Simón, un mozo de cuadra absolutamente normal que necesita su ayuda desesperadamente. Camelia ha solucionad casos más difíciles; pero, por algún motivo, con Simón las cosas comienzan a torcerse de forma inexplicable…



OPINIÓN PERSONAL:

Cada vez que sale a la venta un nuevo libro de Laura Gallego, es como si el mundo fuese un poquitín diferente. Un poco más bonito. De hecho, dudo que sea la única que tenga esa sensación: cada publicación de una nueva novela de la autora valenciana, es enormemente recibida por muchísimos jóvenes españoles y americanos. 
Pero bueno, dejémonos de introducciones típicas en mí y vayamos a lo que realmente importa…
Todas las hadas del reino se centra en la historia de Camelia, un hada madrina que nos da la imagen de confianza y seguridad que toda hada madrina debería dar. La primera vez que la vemos, su entrada es mágica, la típica de cuento de hadas, aunque no espectacular. Pues es un hada madrina que, por decirlo de alguna manera, “va por faena”, no se recrea en florituras ni explosiones de color. La vemos como un hada muy responsable y que tenemos la certeza que aparecerá en el momento que más lo necesitemos.
Según transcurría la novela, veía a Camelia como si fuera Mary Poppins: todo lo solucionaba con ingenio y un poco de magia. Por no hablar de que parecía una mujer de porte serio aunque amable. Siempre me la imaginaba terriblemente recta, con las piernas bien juntas y la cabeza ligeramente levantada. Se recogía, además, el pelo en un apretado recogido, aportando más sensación de seriedad. Su fachada se veía un poco rota por lo irónica y ácida que se ponía cuando le molestaba algo.
Pero Camelia no es la única hada. Un total de siete (el número mágico más poderoso) vinieron del Reino de las Hadas para ayudar a los mortales. Una de ellas es Orquídea, el hada más remilgada y superficial de las siete. Y digo superficial porque, para ella, los eventos como las bodas de soberanos o los bautizos de futuros príncipes son algo imperdible. Por no hablar de que siempre va exquisitamente vestida, tiene una varita con muchísimos adornos y hace apariciones espectaculares. Quizá, la que tiene el aspecto más parecido a las hadas de los cuentos. Otra hada es Lila, la más generosa e insegura. La vemos como un hada delicada, como si fuera una niña, siempre dudando. Es una gran amiga de la protagonista, aunque no destaca mucho. Entre las que conocemos, por último, también está Gardenia, un hada que, por extraño que parece, ha envejecido. Las hadas son inmortales, por lo que realmente no tienen explicación de por qué Gardenia se ve como… una anciana. Y sé que he dicho que son siete, pero no aparecen hasta que no llega la mitad del libro. 
Imagen del Booktrailer
Hubo unos personajes particulares que me llamaron especialmente la atención. Y, si no me equivoco, no fui la única: los Ancestrales. La idea de que todos esos animales que encontramos en las historias clásicas y que ayudan a los protagonistas (en el Gato con Botas, por ejemplo), sean una criatura muchísimo más antigua y poderosa que las hadas madrinas (que siempre han tenido mayor protagonismo), me pareció fascinante. Tienen un papel un tanto secundario, pero vital para el desarrollo de la novela. Entre estas criaturas, destaca Ren, un zorro como los que bien conocemos de los cuentos. Es el mejor amigo de Camelia y, todo hay que decirlo, un “espíritu libre”. Es un personaje curioso, sin lugar a dudas. Pero más curiosidad me daba la relación que había entre él y Camelia: parece como un hermano menor o alguien terriblemente cercano a ella. 
Todo este tema de los Ancestrales da para mucho, la verdad. Y antes de saber sobre las hadas madrinas, a mí personalmente me hubiese gustado saber más sobre estas criaturas. Cuando finaliza la novela, te das cuenta que son terriblemente poderosas… pero no llegas ni a imaginarte hasta dónde puede llegar su poder.
A parte de los personajes mágicos, Todas las hadas del reino también contaba con humanos normales que, la mayoría, estaban bajo la protección de un hada madrina. Tengo que adelantar que me han parecido más trabajados los personajes mágicos que no los humanos. Pero vayamos por partes… 
Entre todos ellos, destaca Simón, el mozo de cuadra que empieza a hacerle la vida más difícil a Camelia. Este muchacho, ahijado de otra hada madrina, es un chico absolutamente normal, sin ningún don, ni habilidad, ni nada en su sangre que pudiese hacerle un héroe según los cuentos. Me gustó ese detalle, pues desde un principio parece que Simón va a ser el coprotagonista de la historia, y el hacerle una persona terriblemente normal, le aportaba, en mi opinión, mayor realismo a la historia. Nos hace pensar que, como Simón, si deseamos algo con la suficiente fuerza, podrá hacerse realidad. Realmente, nos muestra a un ahijado más, como todos los que han ido apareciendo. 
Y como he dicho antes, aunque Simón es el humano más trabajado, no acaba de ser perfectamente redondo. Tiene una personalidad bastante marcada, pero hubo detalles, dentro de la trama con respecto a este personaje, que no me parecieron para nada lógicos… Por ejemplo:

~~~~~ ¡¡ATENCIÓN!! SPOILER DE LA TRAMA A CONTINUACIÓN ~~~~~

En el momento en el que Camelia empieza a ayudarle, le proporciona un don para así poder acercarse a la princesa. En una escena, el caballo de la princesa se encontraba muy alborotado y ningún palafrenero conseguía calmarlo. Entonces Simón, gracias a su don, consigue calmar al caballo y lo lleva ante ella para que pueda seguir con lo que iba a hacer. 
No sé si pasaban apenas unas horas o un solo día. Pero con solo esa acción, despiden al palafrenero mayor (quien seguramente le ha llevado años conseguir ese puesto y mucha practica con los animales) y a todos sus ayudantes. Y, de la noche a la mañana, Simón se encuentra con que le ascienden de mozo de cuadra a palafrenero mayor. 

~~~~~ ¡¡ATENCIÓN!! FIN DEL SPOILER DE LA TRAMA ~~~~~

¡Llamadme quisquillosa! Pero me pareció todo muy frenético y forzado. En la realidad, por algo así, no consigues todo lo que pasó después. Te vuelves algo popular, confían algo más en ti, pero ya está. Creo que fue la parte que más me pareció introducida con calzador de toda la novela.
Otro personaje a destacar es Asteria, la razón por la que Camelia acaba ayudando a Simón. Desde el primer momento en el que apareció este personaje, le cogí asco. ¡Mucho! Me pareció engreída y siempre ha de tener la razón. ¡Y eso que la primera vez que aparece ni habla! Pero ya tiene un porte que denota bastante egocentrismo. 
Sí que es verdad que es una mujer moderna para la época en la que vive, renunciando a alguna obligación importante y muy astuta con las palabras. Y eso la salvó bastante de mi odio. Pero llegó un momento que perdió por completo mi respeto. Se convirtió en lo que más odio de una mujer: dependiente, florero y siempre llorando y lamentándose. La única diferencia es que su egocentrismo la impedía ver más allá de lo que ella, ella, ella y ella (yo, mí, me, conmigo) quería. Así que, digamos, dio bastante por saco hasta conseguir lo que quería (fiel a sus pensamientos, sí señor).

Con respecto a la trama general de la novela, me pareció maravilloso como, delante de mis narices iba desarrollándose todo y, cuando menos te lo esperabas, ¡ocurría todo! La trama avanzó sin apenas darme cuenta. En más de una ocasión, mientras leía, me paraba a pensar y me decía: “¿cómo ha llegado todo a este punto?”. Nada ocurría de golpe. Todo venía como un riachuelo
Imagen del Booktrailer
Laura también ha conseguido introducir muchísimos cuentos clásicos en la novela sin que se note. De hecho, en muchas ocasiones, me habré perdido algún guiño porque no he leído tantos cuentos clásicos como habrá hecho la autora valenciana para documentarse. De nuevo, logra que algo mágico parezca completamente real.
Según nos presentaban a los diferentes ahijados de Camelia, no dejaba de pensar a ver en qué momento iban a unirse todas las historias. ¡Parecía una idea genial! Pero, seguramente, previsible. De todos modos, al final no se cumplió lo que pensaba (no completamente…). E incluso me acabó encantando cómo terminó esa idea que surgió en mi cabeza. 
Respecto al romance que hay, de nuevo me hice una idea más o menos equivocada de por dónde iban a ir los tiros. ¡Y me alegré mucho de que no fuera completamente cierta! La forma en la que terminó desarrollándose, me encantó. De nuevo, y me voy a hacer pesada, le dio realismo. Pues, damos por hecho que las hadas madrinas deben llegar a todo y darlo todo por nosotros sin pedir nada a cambio. Pero no nos damos cuenta que no dejan de ser seres sintientes que, a veces, con un “Gracias” o un “¿Cuál es tu nombre?”, les alegramos la vida. 

El final del libro… no sé muy bien qué pensar. En las últimas 100 páginas, la historia cambia drásticamente. Y creo que es desde ese punto en el que siento que no estoy leyendo la misma historia, si no una que baja bastante su calidad. Básicamente porque siento que me cuentan unas cosas por intentar dejarlo todo demasiado atado. Me pasó algo muy parecido con Legado de Christopher Paolini: los últimos capítulos no eran tan necesarios. Está bien que un autor quiera dejarlo todo perfectamente atado y que se explique de forma razonada (de haber terminado como El libro de los portales quizá no hubiésemos entendido nada), pero tampoco me pareció la manera más acertada de contar lo que ocurría. 
Y también es cierto que hubo cierta parte del final de la historia que adoré con todas mis fuerzas. ¡Con todas! Unas líneas que dicen las hadas que nos deja entrever que, quizá y solo quizá, esa historia que tenemos en las manos haya sido real muchísimos años atrás. ¡Me encantó!


ENTONCES… ¿QUÉ?

Aunque haya tenido sus cositas, este libro me ha encantado. ¡Y creo que es un libro perfecto para los amantes de la fantasía clásica! Porque puede parecer infantil, pero cuando lo lees, te das cuenta de lo madura que es la reflexión que tiene. 
¡Os lo recomiendo muchísimo! Ahora, voy a tener que buscar recopilaciones de cuentos clásicos para entender más esta historia…


NOTA PERSONAL:

Curiosidades del libro

Todas las hadas del reino me ha parecido un libro lleno de curiosidades. Seguramente, guiños o detalles que la autora puso ahí a propósito. ¡Y he ido recopilando todas las que me he encontrado!

- Todas las hadas tienen nombre de flor. ¡Todas! Camelia, Magnolia, Lila, Orquídea… Curiosidad admitida por la propia Laura.
- El título de los capítulos son frases cortas extraídas del propio capítulo. En ocasiones, podía llegar a darte demasiadas pistas de lo que va a ocurrir en esa parte de la historia. De todas formas, me ha parecido curioso que eligiera el nombre de los capítulos de esa forma: una sola frase del propio texto contiene la esencia del capítulo.
- Camelia, siempre que habla del tiempo que lleva trabajando o del tiempo que hace de algo, usa la coletilla “lustro arriba, lustro abajo”.
- Cuando me di cuenta de que los títulos de los capítulos eran extractos del texto, pensé que podría ocurrir lo mismo con el título. ¡Y efectivamente! El título del libro se menciona como una frase más.
Todas las hadas del reino es la primera novela de Laura Gallego (que yo tenga conocimiento), a excepción de Finis Mundi, que no tiene 14 capítulos. De hecho tiene 140 capítulos, ni uno más, ni uno menos. ¡Está claro que, el número 14 siempre está presente en los libros de la autora valenciana!


Citas

-Me estoy dejando crecer el pelo –informó a Camelia.
-No funcionará –le advirtió ella-. ¿Tienes idea de lo que pesa un caballero? Te arrancará la melena de cuajo antes de que logre trepar siquiera hasta el primer piso. ¿Por qué crees que lleva peluca la reina Celia?


Si deseas algo con suficiente fuerza, puedes conseguir que se haga realidad.


El mal que hacemos no puede ser deshecho; solo podemos tratar de compensarlo de alguna manera.


Su magia se volvió contra ella y acabó igual que sus víctimas.



2 comentarios:

  1. Hola!
    Me ha gustado mucho tu reseña, a mi me gusta mucho la fantasía si es clásica o no, se ve que te ha gustado mucho el libro, lo tengo pendiente desde que salió y estoy deseando leerlo.
    Tienes nueva seguidora, yo también tengo un blog literario por si quieres pasarte ;)
    Besos, nos leemos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Rubíes y bienvenida!

      ¡Me alegro que te haya gustado mi reseña! Este libro, realmente, me encantó. ¡Y te lo recomiendo mucho si te gusta ese género! Esos guiños a los cuentos de toda la vida son geniales, de verdad.

      ¡Ahora mismo me paso por tu blog! ;)

      ¡Nos leemos!

      Eliminar

¿Quieres dar tu opinión sobre el tema? ¿Te gustaría hacer alguna petición? ¡No dudes en dejar tu comentario!