martes, 23 de abril de 2013

Crónica: el día de Sant Jordi

¡Que precioso día que ha amanecido! Porque hasta el tiempo da tregua para el día de Sant Jordi y del libro. 


Hoy vengo a contaros una crónica de mi día de Sant Jordi. "Oh, que aburrido, Jess", si, bueno... ¡Pero me apetece!


Empecé el día haciendo una ruta por mi pueblo, Rubí, donde días anteriores ya habían ido poniendo paraditas donde vendían libros de segunda mano.  ¡Y en su busca iba! Con mi mejor amigo acompañándome y mochila preparada en busca de chollos literarios, fuimos a la estación de FGC del pueblo. Allí nos encontramos con paraditas donde vendían rosas, rosas de madera (ya todo un clásico aquí) y puestos de rosas y libros de segunda mano. ¡Ahí estaban! 






La primera de todas fue la parada de Rodamons de Rubí, una asociación contra el abandono de animales que lucha por sus vidas. Vendían rosas por un precio establecido y, también, libros que les habían donado voluntarios, pero estos pagabas a voluntad. Un poco más allá, había otra parada de libro de segunda mano, donde el dinero iba a un esplai para jóvenes.




Continuamos nuestra ruta por la calle mayor. Pero justo antes de llegar, frente a nuestra famosa plaza del elefante, habían otros tantos puestos de libros de segunda mano. Entre ellos, nos abordaron con un papel sobre la Iglesia... ¡Y estaba justo delante de un puesto de libros! Y yo feliz pensando que sería otro puesto de libros de fantasía, terror o cualquier otro género que me interesase... Bueno, eran de religión. Así que no nos interesó mucho. 

:( Solo lo tenían en catalán...
Continuando hacia la calle mayor, la librería del centro del pueblo había sacado libros a la calle con un stand y los vendían con un 10% de descuento (si, lo sé, me equivoqué...). Cada pocos metros, había una nueva parada de rosas, aunque de libros escaseaba más... Una vez llegamos a la esquina de la calle Llobateras, nos encontramos con el segundo puesto de Rodamons de Rubí que, tras varias visitas, ¡poco más y nos intercambiabamos los teléfonos! Allí encontré el primer libro que me interesó: El príncipe de la niebla, de Carlos Ruiz Zafón. Como era a voluntad, quería darles cuatro o cinco euros, pero no tenía suelto. Pero muy amablemente, confiaron en mi y dejaron que me lo llevara hasta que tuviese cambio y pudiese darles lo que quisiese. 

Total, que continuamos con nuestra ruta, siempre con el pensamiento de buscar cambio para poder pagarles el libro... La calle estaba repleta de gente, además de niños que hacían excursiones exprés con el colegio y paradas con rosas. 




Bueno, entendedme: Rubí con gente solo se ve en fechas especiales


Continuamos hasta la plaza del casino, donde había unas 5 paradas, tres de ellas con libros de segunda mano. En la primera de todas, donde el dinero que consiguieran iría a una organización contra enfermedades mentales, encontré el segundo libro que me interesó: Perdona si te llamo amor, de Federico Moccia. Que oye, he visto la película y tal, ¡pero el libro quería leerlo! Este si que pude pagarlo, ¡así que conseguí cambio para devolver el dinero a Rodamons! 

Después, fuimos a la plaza del Ayundamiento que, guiada por lo que ponía en el programa que me había descargado, tendrían más paraditas de venta de rosas y libros. ¡Pues no! ¡Vacío totalmente! Aunque después de ver todo lo que había en la plaza del casino...



Tras el chasco, nos dirigimos hacia el Casal de Gent Gran, donde decían que regalaban rosas y libros... Aunque al llegar nos dimos cuenta que solo había gente mayor... y era dentro del recinto. Así que, por una rosa, pasamos del tema.


Empeñada en que quería volver al puesto de Rodamons para pagarles el libro, bajamos de nuevo hasta la calle donde estaban y saldé mi deuda. Entonces, recordé que tenía que hacer fotos al ambiente de la zona para poder hacer esto, y decidimos volver a la paradita de Rodamons para ver si nos dejaban hacer una foto:



https://www.facebook.com/rodamonsderubi?ref=stream
¡Unos chicos simpatiquísimos!

Después de aquello, seguimos buscando a ver donde podrían haber más paradas con libros. Aunque, para mi desgracia, no encontramos ninguna más. Así que, guiados por el hambre, almorzamos unos deliciosos donuts rellenos de chocolate (¡menuda sorpresa que me llevé!) y volvimos a buscar un granizado para mi amigo. Entonces, él tenía que comprar una rosa para su hermana, así que fuimos una cuarta vez al mismo puesto de Rodamons para comprarles la rosa a ellos. ¡Ya nos entraba la risa de la de veces que habíamos ido! Pero con lo simpáticos que habían sido y la buena causa, ¡¡mereció la pena!!

Por último, ya sin ningún sitio al que ir, volvimos a la estación de FGC, donde mi amigo se encontró con una parada de rosas que las vendían unas antiguas compañeras de instituto (¡si es que este chico conoce a todo el mundo!). Entonces, fuimos a mi casa, donde arreglé la rosa que mi amigo me había regalado y fuimos testigos de un amor imposible:

Ignorad el desorden de la mesa... es la de una artista >////<
Mi gata no dejaba de mirar la preciosa rosa. Y tuvimos que inmortalizar el momento. Después... intentó comérsela u__u.

Tras comer algo rápido, quedé con dos amigos en la estación de FGC para ir hasta Barcelona, ¡a por más día de Sant Jordi! Fuimos hasta plaza Cataluña, donde cogimos el metro para poder llegar a la firma de libros de Laura Gallego. Y aún llegando con media hora de antelación, ya había gente...




Bueno, pues tras esperar un rato a que llegara, y otros veinte minutos a que pasara la cola que teníamos delante, ¡me tocó! Llevaba mi nuevísimo El Libro de los Portales, ¡y estaba de los nervios!

Total, tras dejarme influenciar por mis dos amigos, me hicieron una foto con ella:


Ignorad mi cara .___.

En cuanto salimos de allí, abrí de nuevo el libro para poder leer con tranquilidad lo que me había puesto:



Después, tras un pequeño viaje al baño, volvimos a coger el metro para regresar a plaza Cataluña y empezar la verdadera Odisea. Allí, lo primero que hicimos fue dirigirnos al FNAC El Triangle para que mis dos amigos compraran unos libros que querían. Mi amiga se compró la segunda parte de Cazadores de Sombras, de Cassandra Clare; mientras que mi amigo, fue la primera parte de la saga La Rueda del Tiempo, de Robert Jordan, y El Cementerio del Diablo, de un autor anónimo.

Tras aquellas primeras compras, salimos en busca del último libro de Albert Espinosa, Brújulas que buscan sonrisas perdidas, y lo encontramos en los stands de FNAC que había nada más salir. Allí, mi amiga empezó la búsqueda de Un beso en París, de Stephanie Perkins, y Los días que nos separan, de Laia Soler. Una vez tuvimos el libro de Albert, nos dirigimos al Portal de l'Àngel, donde de 19:00 a 20:00 estaría firmando el autor

Y esto era solo el principio del Portal de l'Àngel...

Pero cuando llegamos... ¡¡Había una cola inmensa!! Con paciencia, mi amigo se puso a la cola y mientras mi amiga y yo fuimos a buscar los libros que quería. Y tras recorrernos los stans del Corte Inglés del Portal de l'Àngel, los de ABACUS de plaza Cataluña... ¡nos los encontramos en los del Corte Inglés de plaza Cataluña! Y diréis: "Vah, si no hay tanto que caminar", y querrá decir que nunca habéis estado en Barcelona un día de Sant Jordi:


¡Es imposible caminar! Pero bueno, conseguimos lo que queríamos, así que volvimos a la cola de Albert Espinosa, pensando que ya debería haber avanzado un poco... ¿Hora y cuarto esperando y marcharse sin firma? Pues si. Tras una hora y cuarto esperando, ¡mi amigo se tuvo que marchar sin firma! Y es que la cola era enorme, si. Pero había gente que se colaba, que pasaba libros a la gente de delante de la cola para que el autor les firmase... ¡un verdadero desastre! Y me marché mosqueada porque, de nuevo, la mala organización y un boom, provocó el descontento de la gente...

Que decir que tras aquel chasco, volvimos a coger el tren para volver a casita, donde me esperaba la silla para poder descansar, por fin, las adoloridas piernas.

Tengo que agradecerle a David, quien me acompañó en mi ruta por la mañana, que pacientemente sujetó las montañas de libros de segunda mano para que pudiese ver todo lo que había debajo; a Victor y Noelia, por darme una genial tarde de risas y carreras, aunque al final no saliese redonda la tarde ='( ; y a mi chico, Axel, que me regaló el ejemplar de El Libro de los Portales, ¡para que pudiese tener un día de Sant Jordi perfecto!; y gracias a ti por llegar hasta el final de esta aburrida crónica ;3...

¡Nos leemos!

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